Cuando hablamos acerca de Dios y la misión es indispensable entender que la Misión no es nuestra y no pertenece a ningún proyecto privado. Estamos hablando de la Misión de Dios. Dios es un Dios misionero. Se concibe la misión como un movimiento de Dios hacia el mundo y a la Iglesia como un instrumento para esa misión.
La misión nace en el corazón de Dios. “Dios es una fuente de un amor que envía. Este es el sentido más profundo de la misión. Existe la misión sencillamente porque Dios ama a las personas”[1] e invita a su iglesia a participar. El Pueblo de Dios es el Instrumento del amor universal de Dios para todas las gentes. La Iglesia como el Cuerpo de Cristo es la presencia física de Jesús en este mundo para la bendición y la transformación del mundo.
¿Porqué participar en la misión de Dios?
- Porque Dios es un Dios de AMOR / la misión es de Dios / el propósito es de Dios.
- Porque es LO QUE SOMOS – somos elegidos para servir, somos el instrumento de Dios para la bendición de las naciones.
Pregunta para la reflexión
¿Qué implicancias tiene para mi vida y la vida de la Iglesia participar en la Misión de Dios?